Cualquier persona que haya vivido su niñez en Montevideo, pasando ya por varias generaciones, puede contar al menos una historia en el Parque Rodó. Centro de reunión para todas las edades, es uno de los pulmones de la ciudad y convoca cada tarde de verano a niños, adolescentes y adultos. Tirarse en cartón por las canteras, cruzar el puente cerrado, tomar mate en el parque, cruzar a la rambla o a la playa Ramirez y por supuesto, subirse a los viejos juegos que todavía funcionan en el mismo lugar que los visité hace más de 20 años.
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