El tiempo no siempre deja huellas donde se esperan. A veces se posa en gestos cotidianos, en caminar al mismo ritmo, en elegir el mismo lado del mar. No es el destino lo que importa, sino el trayecto compartido. Y aunque avanzan sin prisa, algo —quizás una risa, un recuerdo, una vieja canción que flota desde atrás— los hace girar. Porque el amor también sabe mirar hacia atrás sin perder el paso.
Fecha que fue tomada: 05/10/2024
Código de la propuesta: 447
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