Vivo en un lugar donde la historia no es lineal: la arquitectura antigua de los cascos de estancia y las quintas viejas se mezclan con el monocultivo característico del siglo xxi, la cuchilla grande ahora asfaltada sigue siendo la conexión con la ciudad y personajes como los galgueros siguen sobreviviendo a pesar de la "piqueta fatal del progreso". Acá vine a encontrar que las tardecitas también tienen su que se yo Montevideo, y que las formas de vida real también existen cerquita de la ciudad, donde se hacen y se transforman de maneras únicas y particulares. El cacerío o barrio donde vivo no tiene un nombre claro, para algunos es Puntas de Macadam, para otros Puntas de Manga, o sino también Toledo Chico, pero no importa porque la identidad es más grande que el nombre.
Fecha que fue tomada: 10/05/2025
Código de la propuesta: 492
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